El arte en la educación

Las ideas sobre el arte, el desarrollo humano, los avances en psicología, en pedagogía y las circunstancias político-económicas, han ido determinando el concepto de la educación plástica y visual a través del tiempo. La emergencia de las nuevas tecnologías y la ferviente era de la comunicación en la que vivimos, han originado la necesidad de una nueva configuración en el planteamiento de los contenidos y conceptos de la educación artística y la cultura visual.

El arte contemporáneo es una forma de conocimiento tan válida como cualquier otra y, a su vez, es un instrumento muy valioso del cual hay que valerse a la hora de afrontar la educación artística, ya que favorece el desarrollo de una serie de recursos que predisponen a las acciones de captar, percibir, entender la realidad de una manera determinada, y modificar la relación que tenemos con los objetos o con las cosas que forman parte de nuestra vida cotidiana. Es a su vez un marco perfecto para la transmisión de valores como la tolerancia y el respeto hacia los diferentes puntos de vista y conceptos que manejan las personas a la hora de manifestarse artísticamente.

La educación se hace indispensable para que la cultura del arte siga viva. Es necesaria una reflexión profunda sobre los valores educativos de la educación artística. El alejamiento progresivo que ha ido sufriendo el arte con respecto al espectador tiene su origen mismo en la educación. ¿Por qué la gente opina con total libertad sobre que le ha parecido una película, o un libro, y sin embargo tiene reparos para hablar de arte?

Incluso bajo los designios del mercado, el artista sigue queriendo comunicarse a través de su obra, lo que ocurre con muchos artistas del arte contemporáneo es que establecen un lenguaje que la gran mayoría de espectadores no puede descifrar. El arte contemporáneo ha tratado de buscar vías para integrar al espectador en el proceso creativo, a hacerlo partícipe de la obra, que se comunique con ella pero esta participación por parte del espectador no resulta posible si éste, no está “convenientemente preparado y posee unos conocimientos mínimos necesarios para la participación consciente en la acción artística. Esto implica un conocimiento de los lenguajes de los distintos
movimientos, así como un cierto dominio perceptivo del espacio, la forma, el color, etc., por lo que acercarnos a la utopía del arte actual que preconiza un arte para todos, sólo puede ser viable si se amplía nuestro horizonte educativo a través de la didáctica artística que nos enseña a mirar a partir de nuestras ganas de participar y descubrir” (Antúnez et al., 2008. p. 16. Antúnez, N., Ávila, N., Zapatero (eds.) (2008). El arte contemporáneo en la educación artística. Madrid: Editorial Eneida.)

Vigueras, J.M. (2013). Sin título [Fotografía]

Existe un déficit bastante amplio en cuanto a las apuestas educativas orientadas al fomento de la cultura en general y las artes plásticas en particular o como indicaba Bartomeu Marí (Director de Macba): «En este país hay mucha distancia entre el ámbito educativo y el mundo cultural, y ese vacío creo que explica la falta de tradición y el hecho de que las élites económicas y culturales estén más lejos de lo contemporáneo de lo que sería deseable. En España, en los últimos 20 años, se han hecho importantes inversiones en aparato inmobiliario, pero ha habido inversiones flojas en conocimiento. Tenemos una amplia red de espacios expositivos pero un déficit importante de colecciones de arte contemporáneo».
Hay que involucrar a las personas con la cultura del arte desde edades muy tempranas para evitar el rechazo del “no lo entiendo”, y esto debe de realizarse a través de la educación. (Extraido de: http://www.publico.es/culturas/406729/unidos-para-educar-en-el-arte-contemporaneo)